La RVI es la subespecialidad de la Radiología dedicada al tratamiento de múltiples patologías mediante procedimientos mínimamente invasivos y guiados por técnicas de imagen. Son tratamientos menos agresivos y con menor morbimortalidad que la cirugía convencional, permitiendo a los pacientes una rápida recuperación con una menor estancia hospitalaria. Incluye tratamientos sobre patología vascular, no vascular, y tratamientos oncológicos. Su papel es de especial importancia en muchas situaciones de urgencia donde otras especialidades no tienen posibilidades de tratamiento.
La RVI ahorra costes y juega un papel fundamental en la medicina moderna. Es una especialidad en rápido crecimiento y constante desarrollo con vocación multidisciplinar y con una constante interrelación con otras especialidades.